La educación médica ha evolucionado, dejando atrás la memorización para la resolución de problemas, la simulación médica y las herramientas digitales. Los estudiantes son protagonistas de su aprendizaje, con autonomía, donde la inteligencia artificial y la realidad aumentada podrían mejorar aún más la formación, personalizando la enseñanza y optimizando el aprendizaje. Innovar constantemente es clave para formar médicos preparados, humanos y capaces de afrontar los retos del futuro.