Los estudiantes Z se encuentra entre el mundo real y el virtual, y es difícil equilibrar su vida. En el mundo virtual pueden crear y participar; en un espacio físico tienen déficit. Rechazan memorizar conceptos o teorías, ya que consideran que todo se encuentra en internet. Al encontrar ellos su propia información tienden a tener una educación autodidáctica y autodirigida, por lo que el educador enfrenta un enorme reto de entender y educar estas nuevas formas de pensamiento.DOI:10.46377/dilema