Completamente de acuerdo, los docentes deben aceptar la nueva realidad educativa y adaptarse a ella para poder influir exitosamente en sus alumnos. Desafortunadamente dicha adaptación no ha sido sencilla, ya que representa perder protagonismo en el aula, situación que no siempre es cómoda para los profesores. Queda un gran camino por andar para lograr los objetivos de actualización y profesionalización docente.