El aumento exponencial de conocimiento médico y quirúrgico convierte a la docencia en cirugía en una tarea difícil, toda vez que los conceptos que en un momento son adecuados y actuales pueden modificarse diametralmente con la llegada de nuevas evidencias. El docente quirúrgico acostumbrado a replicar el conocimiento las técnicas y los conceptos como paradigma se encuentra condenado a quedarse obsoleto, y ser rebasado por la realidad de manera irremediable