Los excelentes maestros se involucran en un movimiento continuo y sucesivo de habilidades, conocimientos y actitudes para generar el aprendizaje (González; Luna, 2019). El desempeño del docente es factor clave en la formación, teniendo él mismo la necesidad de transformarse en un alumno con avidez de ser mejor docente, actualizándose incesantemente; no dando todo por hecho, ni asumiendo que lo sabe todo. La experiencia es necesaria, pero no suficiente (Díaz Barriga, 2006).