Una lengua no se puede imponer si no hay una predisposición por parte de los hablantes que aprenden la lengua extranjera. La situación lingüística en Hispanoamérica hoy en día se debe a una perfecta y total colaboración de los pueblos indígenas. Asimismo, los nativos estarían igual de interesados, en un principio, en aprender una lengua común para facilitar las relaciones comerciales.